¡Malditos sueños apocalípticos!.
Me asolan por la noche. Cuando duermo. Se introducen en mi mente súbitamente entre un sueño y otro. No puedo entender el mensaje; Freud me preguntaría el porqué de esto y yo no sabría que responder. Ciertamente que me pasa de vez en cuando en fase R.E.M, creo, y es un verdadero mal rato.
En algún lugar de mi inconsciencia guardo alguna REPRESIÓN ya sintomatizada que ni siquiera sé si he vivido en esta vida. Alberga visiones raras y paisajes que son una especie de reflejo de todo lo que ya he visto, pero como si hubieran sido pintados por Dalí. Quizás tenga este la culpa de que mis sueños tiendan a veces a encerrarme en uno de sus cuadros. Pero ni si quiera sé por que el surrealismo me interese mas que la realidad.
En esta ocasión me encontraba en mi casa, el viento huracanado y de color amarillo agitaba fuertemente las puertas y ventanas, produciendo destellos luminosos de gran intensidad cuando estas se entreabrían. Salgo a la terraza para ver que pasa: el cielo es naranja y esta lloviendo, pero no es agua lo que cae...son...gotas de algo viscoso. Cuando quiero darme cuenta empiezo a sentir asco. Aparece mi perro por debajo de mi campo de visión, al verlo -¡maldita sea, no es un perro, es un monstruo radiactivo en los huesos y muy sucio de un color pardo que cambia progresivamente a otros colores claros!. Empiezo a gritar llorando por el perro...¡ en que coño me lo han convertido!. Entro en la casa y empiezo a palidecer, las bombillas se derriten y estoy a oscuras, aunque supuestamente era de día cuando salí a la terraza. Intento buscar una luz. Veo una vela. La enciendo. Se disipa la oscuridad. Me despierto. Alguien esta conmigo...la razón vuelve a su sitio ¡gracias!.
Parece un sueño ¿verdad?
Me asolan por la noche. Cuando duermo. Se introducen en mi mente súbitamente entre un sueño y otro. No puedo entender el mensaje; Freud me preguntaría el porqué de esto y yo no sabría que responder. Ciertamente que me pasa de vez en cuando en fase R.E.M, creo, y es un verdadero mal rato.
En algún lugar de mi inconsciencia guardo alguna REPRESIÓN ya sintomatizada que ni siquiera sé si he vivido en esta vida. Alberga visiones raras y paisajes que son una especie de reflejo de todo lo que ya he visto, pero como si hubieran sido pintados por Dalí. Quizás tenga este la culpa de que mis sueños tiendan a veces a encerrarme en uno de sus cuadros. Pero ni si quiera sé por que el surrealismo me interese mas que la realidad.
En esta ocasión me encontraba en mi casa, el viento huracanado y de color amarillo agitaba fuertemente las puertas y ventanas, produciendo destellos luminosos de gran intensidad cuando estas se entreabrían. Salgo a la terraza para ver que pasa: el cielo es naranja y esta lloviendo, pero no es agua lo que cae...son...gotas de algo viscoso. Cuando quiero darme cuenta empiezo a sentir asco. Aparece mi perro por debajo de mi campo de visión, al verlo -¡maldita sea, no es un perro, es un monstruo radiactivo en los huesos y muy sucio de un color pardo que cambia progresivamente a otros colores claros!. Empiezo a gritar llorando por el perro...¡ en que coño me lo han convertido!. Entro en la casa y empiezo a palidecer, las bombillas se derriten y estoy a oscuras, aunque supuestamente era de día cuando salí a la terraza. Intento buscar una luz. Veo una vela. La enciendo. Se disipa la oscuridad. Me despierto. Alguien esta conmigo...la razón vuelve a su sitio ¡gracias!.
Parece un sueño ¿verdad?