martes, 11 de diciembre de 2012



Cuando te haces mayor, observas como la gente que ha crecido contigo se va apartando poco a poco, otros incluso optan por autodestruirse. Unos porque se casan, otros porque beben, otros porque se van de viaje para siempre, otros que parece que están de viaje, otros viajan en el tren de las drogas y no saben en que estación se encuentran, y otros y otros por muchas cosas mas.
Se apodera de las personas una especie de silencio introspectivo que le impide comunicarse, quizás para no tener que decir siempre las mismas cosas o para utilizar una especie de muro infranqueable, no sea cosa que le hieran. Un muro psicológico de rechazo o un arma de destrucción masiva hacia las personas que le quieren, que se sienten despreciadas y que no comprenden que calle tanto y ver como se auto destruye el edificio de la amistad o de amor construido con los años.
Los sonidos de silencio se disfrutan en la naturaleza, en la paz de la chimenea, en la luz nocturna con el universo al fondo, en la meditación ...pero el silencio de un amigo que siempre lo fue,  es un ruido tormentoso que azota la mente, que te castiga. En el fondo es un acto de cobardía el callarse, pero también tenemos derecho a ser cobardes; es solo una cualidad mas. El  "silencio" es una de las cosas que cuando te toca no se comprende.
Si el ser humano no se comunicara ni interactuara unos con otros no tendría sentido la vida, estaríamos solos en una isla desierta sin Viernes. La sociedad no existiría, ni el amor, ni la compasión, ni nada. El hombre comprende y se forja en el lenguaje y en la comunicación.
Si alguna vez decides callarte, que sepas que haces daño, principalmente a ti mism@. Quien crea que puede estar solo, se equivoca, nunca se está solo completamente. Todos somos iguales y necesarios y nadie es mejor o peor que nadie.