Adios New York y adios America.
Un buen viaje, cargado de anecdotas y cosas curiosas. Y es que estos americanos son la leche...
Ciertamente que pueden gozar de lo mejor, desde los mejores paisajes y naturaleza hasta las increibles ciudades; yo en ellas me pierdo, y se que no es mi sitio, pero no se puede venir a esta parte del mundo sin verlas (las que se pueda), y nunca dejar de venir a New York. Sorprende desde el primer momento. En cuanto te deja el bus que te trae del aeropuerto en la Central Station. La torticulis te llega al segundo dia. Pues parece mentira que sean tan altos los condenados edificios estos...Los enjambres de gente por la calle te cansan y menos mal que no hay costumbre de decir adios, como en los pueblos. De vez en cuando te mira un policia y asiente un par veces con la cabeza esperando tu confirmacion silenciosa de "hasta luego...todo bien". La mujeres mas felices de la ciudad son las que pasean cargadas con bolsas de ropa de marca, de las mejores tiendas, con el movil al oido, los grupos de jovenes que por fin va a entrar a comer a un local de moda, los raperos intentando llamar la atencion, los yupies con el enorme vaso de cafe en la mano, los policias a caballo sonriendo a la gente y haciendose fotos como atraccion turistica mas, los miles de turistas alucinados en la plaza Time Square haciendo fotos, y sobre todo la diversidad de gente de todas partes del mundo. Sobre esta ciudad se pueden contar mil cosas, pero para mi la mas significativa era ver el Empire State desde todas partes, majestuoso y poderoso, como si se tratase del corazon de la ciudad.
Bye Bye y gracias por tu acogida, "estatua de La Libertad", que aunque cara ha merecido la pena.
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