Entrando ya la noche y sentando en la terraza de mi casa, que yo creo que tiene las vistas mas maravillosas de mi espacio diario...me he dado cuenta que solo con pararte un poco, sentado en la hamaca, pasan todas estas cosas que se narran a continuación: La Luna sale poco a poco y va a paso lento desde es este hacia el oeste, dejando una estela luminosa. Aviones silenciosos que pasan constantemente sorteando las estrellas y curiosamente ninguno de ellos pasa justamente debajo de alguna de ellas. Lo colores empiezan a atenuarse pero surgen otros que dibujan imaginaciones varias. Contengo la respiración y todo ese expectaculo me invita a pensar y con el pensamiento empiezo una danza cósmica de ideas. Los últimos reflejos del sol, que ya se fue hace tiempo dejan un aura de energía en la cresta de las montañas. Todo tiene vida y te das cuenta de que la verdadera realidad puede ser lo que no vemos, pero para verla mejor tenemos que integrarnos en ella...como decía el gran hombre de conocimiento Don Juan, el brujo que aleccionó al Castaneda; Hay mucha diferencia entre ver y mirar. Esto mismo también se aprende cuando uno se inicia en el arte. Hay que VER que cosas pasan!
Dos horas mas tarde salgo del embrujo y como a un enamorado el tiempo pasó deprisa. Pero algo tan simple me produjo una felicidad natural y el regocijo de saber que eso seguirá estando ahí. La simpleza que nos brinda la vida es mas compleja de lo que pensamos, así que cuando se rompe con las complejidades surge la armonía de lo simple construida con pocos patrones. Y es en esta simpleza donde está lo verdaderamente bello, como el agua, que con solo dos moleculas forma rios, cascadas, mares, olas, lagos, lluvia, nieve, arco iris, etc.
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